Ajedrez

En las escapadas  que realizamos a Francia, siempre hay algún objeto que sin ir a buscarlo se nos pega a las manos.

Este tablero de ajedrez es una buena muestra de ello.

 

 

Lo encontramos en un rincón olvidado, lleno de polvo, acompañado de otros objetos que nada tenían que ver con él. Pero desde el primer momento llamó la atención de Amaya.

A pesar de no estar completo, faltaban las figuras, la madera estaba bastante bien conservada y tenía unos bellos motivos en los laterales que habría que destacar.

Después de pasar por el taller, se examinó el estado de la madera y se evaluó el trabajo a realizar.

La madera adquirió vida, color… se ve enriquecida. Los adornos laterales también de madera han recobrado su encanto, lo mismo que el trabajo de marquetería que tiene alrededor.

 

No será el ajedrez de Carlomagno, pero luce precioso en casa de Aitor.

Tiene dos cajones para depositar y guardar las figuras, que se entelaron de un color verde. Por último había que localizar unas figuras de tamaño y material apropiado.

Y aquí lo tenemos…el tablero…las piezas…, esperando a un jugador para comenzar la partida, dicen que es juego de reyes, categoría no le falta.