No señor, no se puede tirar nada; de todo se saca provecho. Esta hermosa carbonera la encontré tirada a la entrada de un pueblo, en la escombrera. Era un día de primavera. Llovía a todo llover, vamos que «caían chuzos del cielo». Ante el asombro de mis acompañantes, frené el coche y salí en medio de la tormenta para ver de cerca aquel trasto. Evidentemente el aspecto era desolador, pues aparte del agua que estaba recibiendo, los restos de carbón iban dando un aspecto aún más ennegrecido. Sacar provecho de aquella cosa no era fácil, pero tampoco imposible. Es importantísimo visualizar en el momento que te encuentras un destrozo, cúal va a ser el resultado final. Era la ocasión propicia para presentaros «el patito feo», pero como en otras ocasiones, tampoco hice la correspondiente foto.
Las dimensiones eran las adecuadas: estrecho (ideal para guardar toallas) y largo. Lo más difícil de todo el proceso fue conseguir quitar los restos de carbón. Hubo que darle muchos manguerazos y también mucha paciencia.
Una vez saneado, se pintó. Un bonito estarcido y barniz. El resultado fue muy gratificante.
Es genial, no se como estaría en un principio pero el resultado esta a la vista. Hace falta mucha imaginación ante un destrozo visualizar una restauración y su resultado.
Besos.
Mª Carmen
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Gracias, M. Carmen. Yo creo que visualizar los objetos terminados es vital a la hora de encontrarnos con semejantes trastos. Nos gusta que nos contestéis. Besos, Elena From: «Nos lo pasamos divinamente»
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